December 22, 2024

Los Yankees de Nueva York enfrentaron un momento crucial el lunes por la noche en el Juego 3 de la Serie Mundial, pero su desempeño rápidamente apagó el entusiasmo de la multitud en el Yankee Stadium.

Con los Dodgers liderando la serie 2-0, los Yankees necesitaban un comienzo sólido para mantener vivas sus esperanzas de campeonato. Sin embargo, Clarke Schmidt y Aaron Judge marcaron el tono equivocado desde el principio, frustrando a los fanáticos que llegaron con grandes expectativas.

Antes del primer lanzamiento, la atmósfera era electrizante. La interpretación del himno nacional por Leslie Odom Jr., seguida por una sesión enérgica de Fat Joe, tenía al Bronx vibrando. Sin embargo, la emoción se desvaneció casi al instante una vez que empezó el juego. Schmidt abrió con un boleto de cuatro lanzamientos para Shohei Ohtani, lo que le dio impulso temprano a los Dodgers.

Ohtani, quien jugaba a pesar de una dislocación parcial del hombro, alcanzó la primera base sin dificultad. Tras un elevado de Mookie Betts, Freddie Freeman, uno de los bateadores más encendidos del momento, conectó un cutter de 93 mph para un jonrón de dos carreras. Con solo un out, los Dodgers ya ganaban 2-0, y la energía del estadio se apagó.

Las cosas no mejoraron para los Yankees al bate. Gleyber Torres recibió una base por bolas para abrir la primera entrada, y Juan Soto pegó un potente línea que fue atrapada por Teoscar Hernández. Todas las miradas se centraron entonces en Aaron Judge, quien llegaba al juego en medio de una terrible racha en postemporada. Lamentablemente, Judge se ponchó con cuenta llena, sumando su séptimo ponche de la serie. Con cada error, el ambiente en el estadio se desinflaba más, y para la segunda entrada los Yankees se fueron en orden nuevamente.

Este inicio lento dejó a los Yankees en una desventaja severa, ya que durante toda la temporada han tenido problemas para remontar desventajas tempranas. A pesar de momentos icónicos como el lanzamiento ceremonial de Derek Jeter, la noche fue un doloroso recordatorio de lo lejos que ha caído el equipo.

Con los Yankees al borde de la eliminación, los fanáticos esperan un milagro, pero muchos ya intuyen que el resultado es inevitable.

 

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