Después de una temporada regular irregular, los New York Yankees han encontrado su ritmo en los playoffs, gracias en parte a algunas decisiones acertadas del mánager Aaron Boone.
Una de las más impactantes fue la de quitarle las responsabilidades de cerrador a Clay Holmes. Holmes, quien solo convirtió 30 de 43 oportunidades de salvamento, tuvo problemas al final de la temporada, perdiendo ventajas críticas para el equipo. La solución de Boone fue mover a Holmes al rol de preparador y darle las tareas de cerrador a Luke Weaver.
Este cambio ha resultado un gran acierto. Weaver ha estado impecable, registrando salvamentos en las tres victorias de la ALDS y asegurando los triunfos en los dos primeros juegos de la ALCS. En siete entradas durante la postemporada, Weaver ha permitido solo una carrera y ponchado a nueve bateadores.
Dan Plesac, de MLB Network, elogió su desempeño:
“[Luke Weaver] es el Yankee más VALIOSO. Hace tres semanas, todos en Nueva York decían: ‘¡nuestro bullpen es un desastre!’”
Holmes también ha brillado en su nuevo rol, sin permitir carreras limpias en 6.2 entradas de playoffs. El martes, entró en una situación complicada con las bases llenas y permitió solo un roletazo productor para preservar la ventaja de los Yankees. Ha sido el lanzador ganador en cada una de las victorias de la ALCS.
El toque estratégico de Boone va más allá del bullpen. Colocar a Gleyber Torres como primer bate revitalizó al infielder, quien elevó su OPS a .755 y registró una línea ofensiva de .292/.433/.500, con siete carreras anotadas en seis juegos de playoffs. Además, la confianza de Boone en Anthony Rizzo, a pesar de sus problemas físicos, ha dado frutos.
Rizzo aportó tres hits en dos juegos, incluido un doble crucial que resultó en una carrera no merecida tras un error defensivo de Cleveland.
El bullpen de los Yankees ha sido prácticamente intocable, permitiendo solo dos carreras en toda la postemporada.
Sin embargo, las decisiones de Boone no están exentas de riesgo: Weaver es nuevo en el rol de cerrador, Holmes puede ser inconsistente y Rizzo sigue siendo vulnerable a las lesiones. Por ahora, los fanáticos celebran la genialidad táctica de Boone.
