Los New York Yankees finalmente han abordado sus problemas en el bullpen al adquirir al cerrador All-Star Devin Williams de los Milwaukee Brewers.
La decisión del gerente general Brian Cashman refuerza el cuerpo de relevistas con un lanzador de élite que suele compararse con estrellas como Josh Hader y Edwin Díaz. A pesar de los beneficios indudables, este traspaso conlleva riesgos notables.
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Williams tiene una trayectoria impresionante, terminando la temporada 2024 con una destacada efectividad de 1.25 y 38 ponches en solo 21.2 entradas antes de que una lesión lo dejara fuera de juego.
Desde 2022, ha mantenido efectividades por debajo de 2.00, y su dominio se remonta a su campaña como Novato del Año en 2020, cuando registró una minúscula efectividad de 0.33. Conocido por su devastador cambio de velocidad, “el Airbender”, Williams fortalece de inmediato un bullpen que sufrió repetidamente la temporada pasada.
A cambio, los Yankees cedieron al abridor Nestor Cortes, además del infielder Caleb Durbin y consideraciones económicas. Aunque Cortes es valioso, su salida era más asumible tras la adquisición de Max Fried.
Sin embargo, perder a Durbin es doloroso, ya que mostró su potencial con excelentes actuaciones en las ligas menores, incluyendo una línea ofensiva de .312/.427/.548 en la Liga Otoñal de Arizona y un récord de 29 bases robadas.
La mayor apuesta es que Williams está en el último año de su contrato, lo que convierte este traspaso en una solución a corto plazo. Si Williams se va después de la temporada 2025, los Yankees podrían lamentar haber cedido un talento controlable como Durbin.
Aunque el movimiento resuelve problemas inmediatos en el bullpen, solo el tiempo dirá si el costo del traspaso fue justificado.