La carrera de Luke Weaver ha tomado un giro inesperado. Hace solo unos meses, fue cortado tanto por los Cincinnati Reds como por los Seattle Mariners.
Ahora, se encuentra como el cerrador de los New York Yankees, una posición que conlleva una gran presión. Reflexionando sobre su debut como cerrador en el Wrigley Field, Weaver dijo:
“No podía ver con claridad. Estaba en blanco en su mayor parte. Era pura adrenalina. Todo se sentía más intenso, pero borroso al mismo tiempo”.
Este sábado, Weaver podría estar lanzando en un juego de playoffs de gran importancia, con la tarea de asegurar una victoria en el Yankee Stadium, un momento que antes dominaban leyendas como Mariano Rivera. Weaver reconoce el sorprendente trayecto de su carrera, diciendo:
“Sé que sorprendí al mundo un poco, pero este juego viene con mucho éxito y mucho fracaso. En mi caso, el fracaso llenó muchos capítulos, pero me preparó para este momento”.
Después de que el cerrador de los Yankees, Clay Holmes, tuviera problemas, desperdiciando 13 de 43 oportunidades de salvamento, el entrenador Aaron Boone le dio a Weaver la oportunidad de probarse.
Weaver, que también ha hecho ajustes a su lanzamiento y técnica, ha sobresalido, registrando una efectividad de 2.89 esta temporada. Sin embargo, a pesar de su nuevo rol, Weaver sigue siendo humilde y afirma:
“No me veo a mí mismo como el cerrador. Estoy listo para sacar outs cuando suene el teléfono”.
